Morcilla de Burgos
Un producto con historia
Superalimento
IGP Morcilla de Burgos, es una de las más conocidas en todo el mundo por su rico sabor y su aplicación en varios platos originales españoles.
También es un superalimento, que son los alimentos que proporcionan varios beneficios en la salud de los individuos, posee importantes concentraciones de vitaminas (B1, B3, B6, B12, E), así como minerales como el hierro y zinc.
Menos riesgo de padecer anemia. Excelente fuente de hierro, esencial para la hemoglobina, fortalece el organismo y previene la anemia en personas de todas las edades, promoviendo salud y bienestar.
Gracias a su reducido nivel de azúcar, este alimento es una opción ideal para quienes desean mantener una dieta equilibrada y saludable, apoyando el bienestar y favoreciendo un estilo de vida adecuado para personas de todas las edades.
Gracias a su contenido de niacina y zinc, este alimento contribuye activamente a la formación y reparación de los músculos, siendo una excelente opción para apoyar el rendimiento físico y el fortalecimiento corporal en personas de todas las edades.
Gracias a su contenido en nutrientes esenciales, este alimento refuerza el sistema inmunológico y mejora las defensas naturales del organismo, ayudando a mantenerlo protegido frente a factores externos en cualquier etapa de la vida.
Historia de la Morcilla de Burgos
La Morcilla de Burgos es un embutido emblemático de la gastronomía española, originario de la provincia de Burgos, en Castilla y León. Su historia se remonta a siglos atrás, con raíces en la época romana, donde ya se elaboraban productos similares a base de sangre y especias.
Tradicionalmente, la morcilla se preparaba con sangre, tripas y manteca de cerdo, junto con ingredientes vegetales como la cebolla horcal y especias como pimentón y pimienta. Sin embargo, no fue hasta el siglo XVIII cuando se incorporó el arroz a la receta, elemento que caracteriza a la morcilla de Burgos actual.
La incorporación del arroz se debió a su llegada a Castilla desde Valencia, donde su cultivo estuvo prohibido desde finales del siglo XIV hasta mediados del XVIII. Con el desarrollo de la arriería, el arroz se hizo más accesible y económico, lo que permitió su inclusión en la morcilla, aportando una textura y sabor distintivos.
A lo largo de los años, la morcilla de Burgos ha mantenido su relevancia en la gastronomía local y nacional, convirtiéndose en un símbolo de la cocina burgalesa. La Unión Europea reconoció a la morcilla de Burgos con la Indicación Geográfica Protegida (IGP), lo que garantiza su autenticidad y vinculación con la región.
Hoy en día, la morcilla de Burgos se elabora siguiendo métodos tradicionales transmitidos de generación en generación, utilizando ingredientes como sangre de cerdo, arroz, cebolla horcal, manteca de cerdo, sal, pimienta y pimentón. Cada zona de la provincia aporta su toque particular a la receta, enriqueciendo la diversidad y riqueza de este producto tan arraigado en la cultura burgalesa.
